No logro distinguir si soy una egocéntrica o si valgo mucho y nadie se da cuenta
jueves, 28 de febrero de 2013
miércoles, 20 de febrero de 2013
Persevera y... triunfarás?
Desde chica escuché varias veces que ser PERSEVERANTE es de suma importancia, que te lleva a alcanzar tus metas, etc... pero ahora entiendo que la perseverancia, puesta en acciones incorrectas, puede llevarnos a la destrucción. Díganle a un adicto que persevere, sin especificarle en qué, y probablemente muera. Es importante perseverar en aquello que nos edifica, en lo que nos hace avanzar, lo que nos hace mejores personas. Perseveremos en aquello que tenga como consecuencia nuestra salvación. Evitemos ser obstinados, viendo nuestros errores y cambiándolos, sin persistir en lo que nos destruye.
"En aquel tiempo muchos se apartarán de la fe; unos a otros se traicionarán y se odiarán; y surgirá un gran número de falsos profetas que engañarán a muchos. Habrá tanta maldad que el amor de muchos se enfriará, pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo." [...] "Por lo tanto, manténganse despiertos, porque no saben qué día vendrá su Señor. Pero entiendan esto: Si un dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, se mantendría despierto para no dejarlo forzar la entrada. Por eso también ustedes deben estar preparados, porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen."
"En aquel tiempo muchos se apartarán de la fe; unos a otros se traicionarán y se odiarán; y surgirá un gran número de falsos profetas que engañarán a muchos. Habrá tanta maldad que el amor de muchos se enfriará, pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo." [...] "Por lo tanto, manténganse despiertos, porque no saben qué día vendrá su Señor. Pero entiendan esto: Si un dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, se mantendría despierto para no dejarlo forzar la entrada. Por eso también ustedes deben estar preparados, porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen."
martes, 19 de febrero de 2013
Decisiones
Cuando empezamos a crecer y las responsabilidades se incrementan, todo -o casi todo- se basa en las decisiones que uno toma. A cada rato se presentan decisiones, y sus consecuencias determinan nuestro bienestar, nuestro presente y nuestro futuro. Es importante tener a mano una balanza en la cual podamos decidir con qué actitudes nos quedamos, cuáles nos frenan, cuáles nos ayudan a crecer, cuáles hay que modificar y cuáles son las que debemos adquirir. Cuando una persona es madura, toma decisiones correctas, adecuadas al tiempo y espacio, oportunas y con consecuencias favorables. Si no sabemos discernir qué es lo mejor para nosotros, nunca vamos a poder tomar buenas decisiones. Es necesario analizar cuidadosamente las opciones que tenemos, qué resultados trae cada una, y qué es conveniente hacer. Si dudamos, quiere decir que no tenemos ordenadas nuestras prioridades o nuestras metas. Cuando sabemos claramente qué objetivo queremos alcanzar, probablemente sepamos qué decisiones nos llevarán a ese objetivo. La Biblia dice en Proverbios 16:15 "Hay caminos que parecen derechos, pero al final de ellos está la muerte". Cuando pensamos solamente a corto plazo, muchas veces tomamos decisiones apresuradas que nos confunden y nos desvían de nuestros objetivos principales, nos distraemos con cuestiones vanales de fugaz caducidad. Cuando solamente pensamos a largo plazo, nos perdemos de muchas situaciones espontáneas que la vida nos ofrece, olvidamos disfrutar y aprovechar los momentos simples y breves que componen la cotidianidad en nuestra existencia. Sin embargo, alternando nuestra visión entre lo próximo a suceder y el futuro que anhelamos, podemos combinar la prudencia y el vivir cada momento al máximo, como si fuera el último.
No debemos limitarnos en cuanto a nuestros objetivos, pero tampoco ponernos metas demasiado lejanas que terminen frustrándonos y haciendo que desistamos por completo. En el momento de tomar decisiones, solamente está la cuestión y uno mismo. Nadie mas debería tomar decisiones por nosotros ni tampoco manipularnos para hacer cosas que no queremos. Por eso es necesario que estemos atentos. No sirve querer agradar siempre a los demás y descuidar nuestras prioridades, y es ridículo ponerse a uno mismo en un pedestal y tomar decisiones abstrayéndose a lo que nos afecta sólo a nosotros. Es importante considerar cada opción, a quién influyen nuestras decisiones, qué podemos hacer para transformar nuestro entorno de manera positiva, pero sin perder de vista nuestras metas, y siendo un ejemplo para los demás, sin olvidarnos de disfrutar cada momento y de aprovechar el presente lo máximo posible. En realidad suena más difícil de lo que es... Todos los consejos se resumen a la oración fundamental: "En tu mano están mis tiempos". Con sólo entregarle a Dios nuestras vidas, tenemos garantizada la sabiduría cuando tenemos que priorizar nuestras metas y la paz a la hora de tomar decisiones. Ahora no es tan difícil.
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