Uploaded with ImageShack.us

miércoles, 30 de enero de 2013

Es fácil ponerse en papel de juez y empezar a reclamar. Por lo general, los reclamos que más me gustaría hacer son los que más me guardo, porque no veo que sume hablar de más cuando uno esta enojado -aunque varias veces rompo mis mayores convicciones-, pero lo que pasa es que yo aprendí que hay cosas que es mejor callarse, ya que por más que reclamemos NO van a cambiar. La razon es simple, depende de la persona con la que este relacionado eso que reclamamos. Si nos molesta una actitud de alguien, porque es diferente de como reaccionaríamos nosotros, o simplemente porque no nos hace bien, si esa persona es importante en nuestra vida podemos llegar a mencionarle que cierta situación nos daña, o nos enoja. Sin embargo,  queda totalmente al criterio de aquella persona, mejorar esa situación, o seguir igual y pretender que nosotros soportemos todo aquello que nos ensucia el día. He conocido cierta gente que no sabe ser feliz, que por algun motivo, está desconforme con la vida en general, siempre les falta algo y no pueden ver lo bueno, cegados por su inconformidad. Ese tipo de personas, suele comunicar su descontento a los demás, con el afán de que su entorno esté de acuerdo con esa desconformidad, y se contagie de amargura. Muchas veces me pregunté cómo debía reaccionar frente a una situación así, en la cual personas que aprecio parecen querer contagiarme su malestar... Gran parte de las veces reaccioné bien, ignorando la lluvia de mal humor y respondiendo con una sonrisa, o remarcando lo bueno de la circunstancia, porque para mí siempre lo bueno tapa lo malo, asi como el papel envuelve la piedra. Pero luego de repetidos intentos por expandir esa nube tóxica, llegó un momento en el que mi caparazón se fue agrietando, despues de tantos piedrazos, comienza a abrirse en mí una herida que llega al interior, logra descomponer mi optimismo y destiñe los colores. No hay mucho que pueda hacer para aliviar el contagio, más que apartarme por un tiempo. Así como los enfermos necesitan estar en cuarentena, yo necesito un tiempo a solas para reflexionar y volver a convencerme de que la vida no es asi, de que siempre lo bueno tiene que tapar lo malo, y no deben aturdirnos los contratiempos de nuestra existencia, sino que debemos aprovecharlos para APRENDER. Escucho algunas canciones, hablo con mi Dios y resuelvo que no sirvo para estar triste. Después de unas cuantas lágrimas vuelvo a mi bienestar, porque así nací, y me criaron de esta forma, preparada para soportar las adversidades y salir triunfante, superando la angustia hasta convertirla en aprendizaje. De todas formas, por más fuerza que pueda sacar de adentro mio, nunca llego a acostumbrarme al dolor. Es de suma importancia tener recursos para salir adelante y dejar atrás el sufrimiento... la mejor medicina está buscando la presencia de Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario