"Vino antes que muera, estaba sólo y nunca me dejó".
Conversando -algo más que usual en mi vida- sobre mis estudios, mis calificaciones, la universidad y todo lo relacionado con eso, llegué una vez más a la conclusión de que Dios me ha salvado las papas del fuego, muchas veces. Y no es cuestión de hacerme la humilde y decir "no estudié nada!" para despues sacarme un 10, nunca fui así, si te digo que no estudié es porque hubo veces donde estudié mucho más y me fue mejor. Pero la cuestión no es destacar las veces que estudié poco y aprobé, sino las veces en que, aún rindiendo MAL -esto quiere decir, habiendo respondido incorrectamente las preguntas de un examen-, no sólo aprobé, sino que me pusieron una nota mayor a 4 -siendo que necesito un 4 para aprobar-. "Qué suerte tenés!", es la frase más escuchada al contar sobre estos acontecimientos... "Dios me ayuda" es mi respuesta. No hace falta dudar, con tener FE solamente, nos aseguramos de que nuestro Dios está presente en cada momento de nuestras vidas, respaldándonos, ayudandonos a hallar gracia en los ojos de los demás, es decir hablando bien de nosotros ante los demas para que podamos tener éxito en todo lo que nos propongamos. Es más complejo que la suerte, y es más simple que la duda. No es superstición, es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve. Es saber que si Dios es conmigo, QUIÉN es contra mi? -ni se atrevan a meterse conmigo, no pierdan el tiempo... tengo el mejor guardaespaldas habido y por haber-.
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