Un escalofrío helado recorre mi espalda, siento un vacío en el centro del estómago, y puntadas de dolor recorren mi alma, es el sentimiento ambiguo que me junta y me desarma.
Sigo buscando señales, pero me cuesta definir lo que abarca cada parte de mí, se extiende sobre cada rincón y me impulsa a vivir, sos lo primero en lo que pienso cuando despierto, y lo último cuando me voy a dormir.
No voy a dejar que nada se interponga entre nosotros, y si lo que sentimos trasciende, no me importará el que se oponga.
Tendremos que jugárnosla alguna vez, avanzar firmemente aunque estemos pisando la cornisa, pero pase lo que pase en este mundo, nadie va a borrar la sonrisa que nos une al estar juntos.
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